Los cigarrillos no saben igual...

Si uno puede contar con algo en esta vida es con que el tiempo va a pasar. Hoy leí que estamos en la mitad exacta del año. Quiero ser una serpiente y enredarme como un vórtice de carne mientras transito el desierto. He leído muchas cosas que quiero compartir, pero de alguna manera se filtran como agua en el barro, y ya están demasiado adentro de mi, las palabras están mezcladas con mi sangre, mi saliva, mi sudor y entre ellas mismas. Ya no significan lo mismo, ya son un animal distinto. 

Me asusta que las rosas que me regalo -las que florecen como un balazo, como una herida de escopeta- mueran, pues a penas me las regaló hace una semana, y las flores duran lo que la persona que las regala ama a quien se las da. Me da miedo que no me quiera. También me da miedo barrer la casa, pero más que barrerla me da miedo ver lo rápido que se ensucia de nuevo. Nunca había tenido los pies tan sucios como viviendo aquí, siempre están negros como si caminara en carbon. 

Los laberintos se inspiraron en los intestinos, porque una civilización, unas personas dentro de ella, encontraban en las tripas belleza. Hay una palabra : "flux" me causa tanto placer, me da tranquilidad, es flujo. Es caos y armonía hace mucho quería encontrar algo que fuera las dos: un objeto, un animal; me complace haber encontrado una palabra, me hace sentir menos sola. Sentirse solo en el mundo es un acto indulgente y egocéntrico, mi experiencia es profundamente similar en esencia a la de todas las personas que caminamos  la tierra, -pero la forma- la forma es profundamente mía, siento que hay más de mi código genético en mis sentimientos que en mi sangre, es como si a penas existiera. Más que un concepto y mucho menos que una palabra. 

Me estoy leyendo "La enfermedad de escribir" de Bukowski, son cartas que le escribe -por ahora- a editores que no lo publican. En una de ellas menciona lo siguiente: 


"El valor se ha esfumado, al igual que la intuición, la claridad y el sentido artístico. Todo se fue a la mierda tras la Segunda Guerra Mundial, y no solo en lo que al arte se refiere. Los cigarrillos no saben igual..."

Por un lado, hemos cogido de habito criticar el mundo en el que vivimos, "se ha perdido esto, ya solo hay esto o aquello..." la descripción que uno hace del mundo solo habla de uno, es un reflejo triste y penoso. Si hay esperanza en uno, hay -matemáticamente- esperanza en el mundo. Si hay violencia en uno, indiscutiblemente hay violencia en el mundo. En fin, el punto que realmente quería hacer con esto es la segunda parte, como menciona que todo cambio después de la Segunda Guerra Mundial, estamos en el eterno retorno. Cuando estaba chiquita nunca me gustó el carrusel, me mareaba y me confundía. Todo se ve tan catastrófico hoy, las guerras, recesiones, conflictos y es como si nada hubiera cambiado realmente. Los cigarrillos definitivamente no saben a lo mismo, me tuve que pasar a Start Lite por la basura que le está poniendo Marlboro a los difuntos Chesterfield. Puede que sea la misma basura, pero algo cambio, no podemos pretender que las cosas no están cambiando, no podemos pretender que cambian lo suficiente para convertirse en algo nuevo. Todo será siempre lo que siempre ha sido, evoluciona e involuciona pero siempre es lo que es. Eso dicen los herméticos. 

El mundo se está acabando una vez más, las personas pasan hambre, experimentan terrores y aquí estoy yo, muerta de miedo de que se me mueran unas rosas. 




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