The wild power of the language

Después de des-archivar mi e-mail a mi ex amante me di cuenta de que teníamos algo especial, no necesariamente la relación o el tiempo que pasamos juntos, lo fue, pero no me refiero a eso. Me gustaba -necesitaba- mandarle correos electrónicos llenos de desespero y pensamientos sin filtrar. A él no le importaba mucho, vive en Nueva York, nada lo sorprende terriblemente, mucho menos mis palabras, mucho menos lo que me mueve, me sorprende a mi -terriblemente-. Esta reflexión me hace pensar en una conversación que tuve en estos días, donde dije que si viviera con alguien no quisiera cuidarle en su enfermedad, porque pues yo no me quisiera enfermar, y además simplemente no quiero invertir mi tiempo así. La persona que recibió esta reflexión o más bien la recibió y me la tiro a la cara quedo indignada, furiosa, se salía totalmente de lo que para ella constituía una relación o peor, una buena persona. Yo le dije, entre las lineas que me escupía llenas de indignación que eso lo pensaba ese día, esa noche, ese segundo y que para ser sincera nunca había vivido con alguien. Supongo, o sé, que aveces se confunde la honestidad con la verdad. Yo no soy una persona que cargue verdad pero cargo, humildemente, mi honestidad. Terminé esa conversación asintiendo, buscando un Halls dentro de mi mega bag lo cual quito la tensión de mi receptora, realmente no había nada más que decir, solo quedaba absorber el calor que a lo mejor las dos teníamos en el estomago y buscar, dentro del lenguaje, otros lugares de encuentro. 

Hoy escribí en mi diario: Siento como si tuviera un caldero en el vientre, como si me burbujeara la sangre que me baja por el cervix. Aveces siento ira, rabia, wrath. Me gusta sentirla, es como si una sombra caliente fuera creciendo dentro de mi, cuando la permito, cuando me sube por el cuerpo haciéndome sudar, temblar, casi llorar, llega a un punto hermoso, es como si floreciera y dejara de existir como el vapor. 

Me vi Queer de Luca Guadanino, no puedo dejar de hablar de Queer, siento como si nada en la vida antes de eso me hubiera tocado realmente. Creo que a penas aprendí a vivir hace 2 meses. En fin, me vi la película y es como si me hubieran hecho un hueco en el pecho, como si me hubieran contado un secreto que no tiene solución ni reflexión. No puedo dejar de pensar en esa parte que Daniel Craig, con el corazón en la mano dice: "I want to talk to you, without speaking" desesperante, desesperante quererle decir o hacerle sentir algo a alguien que no sabe hablar, que no sabe sentir, que actua como un adulto para ocultar que es un infante profundamente asustado. Pero tal vez todos somos eso, at our best, desesperantes. 

"I love the wild power of the language and the purity of the madness that governs it and makes it music". Hunter S. Thompson.

Envigado, Antioquia.


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