Joan Didion, Virginia Woolf, Clarice Lispector, Jean-Michel Basquiat, Warhol.

Pensar me duele estando en un lugar en el que debo más no quiero estar. Deber, nada debemos más que el querer pero a lo que me refiero como dice Clarice Lispector no es lo que dije, si no otra cosa. Sentada en Medellín me arden los ojos de no llorar, me arde la cabeza de recordar mi Nueva York, la ciudad que me toco por primera vez, la ciudad que me quito la virginidad. Hace varias semanas aún estando allá tenia el sueño recurrente de estar en Medellín y darme cuenta que no estaba en NY, pesadilla que terminaba cuando despertaba en mi cuarto en Bedstuy. Hoy, los últimos 3 días, la pesadilla es mi vida y no hay manera de despertar. Me siento suspendida en una burbuja extraña, con claridad de lo que haré, más sin voluntad inmediata. Sabia y al mismo tiempo no lo duro que me iba a dar irme de mi casa, de mi vida. He llegado de nuevo a un mundo que nunca me ha gustado, y nunca le he gustado yo tampoco. Vengo, toco base, hago, evoluciono, me devuelvo. Eso me repito. Joan Didion, Virginia Woolf, Clarice Lispector, Jean-Michel Basquiat, Warhol. Un bolso plateado lleno de llaveros que dicen "I love New York" y unos sonidos que no se de dónde vienen y  por qué no se van. No son míos, no vienen de mi cabeza, por lo menos eso creo. Lirios que me dan alergia ¿desde cuándo?, copas de vino que no se acaban, que se absorben en una mirada, líquidos nunca tomados que me dan una sed refrescante y húmeda que me baja por la garganta. No la necesito. Mi amor, un amor encontrado por error, contra pronostico; como un huracán perdido en una costa a la que no pertenece. Te amo te dije y me lo dijiste también y así te quedaste esperando mi llegada cuando me despedí de ti por última vez. Caminar el otoño mientras empezaba, buscando café en un Deli cuando yo te invitaba y en un café costoso cuando tu pagabas. Opciones, meditaciones, caprichos, palabras de bebé llamando la atención. Te extraño casi tanto como extraño a Nueva York. La próxima vez es por siempre, por eso no vamos a pasar la navidad allá, si no acá, en el trópico. ¿cómo te va a tratar? tu tan blanco y el trópico tan salvaje, me da un poco de pesar. Sin sonar, sin cristal, que pereza leer esto y no entender, salir sin nada en las manos, como una carrera a través de una montaña embrujada y nada ganas al llegar al otro lado. Nada, con menos que nada, con nada de lo que entraste. 

Envigado, Antioquia.

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