Me da un poquito de pena lo que escribo aquí, aveces me da mucho orgullo y otras veces como las últimas semanas me da de poquita a mucha vergüenza. Ya me siento más tranquila, más aterrizada, ya veo pájaros que no veía desde que llegue. De dos a tres gavilanes y un Barranquero bajo la lluvia. Eso me tranquiliza mucho la neura. En este momento estoy viendo una ardilla con dos colas, eso ó una ardilla que se quedo dormida y se le cayó la cola.
Estoy muy emocionada, hay flores rosadas en mi mesa, acompañadas de papeles, cuadernos, libros y café. Solo me falta un cigarrillo pero al estar en la casa de mi mamá no queda más que respirar hondo y puro. Me estaban cayendo muy mal a la garganta los cigarrillos, pero mi terapeuta me dio un dato. El cigarrillo -o fumar cigarrillo- tiene 3 de los 4 elementos: Tierra, Aire, Fuego y le falta el agua. Entonces, me dijo que tal vez, era demasiado fuego para mi garganta entonces necesitaba el agua, me receto que lamiera mis cigarrillos antes de fumármelos y así no solo completaba los elementos si no que también lo impregnaba de mi. Hice una agenda con la cara de Agnès Varda, para que me de coraje. Yo nunca he tenido una agenda, porque tengo una personalidad medio exigente y no me cae bien tener agenda, pero me siento más tranquila y en la simple necesidad de darle metas amables y claras a mis semanas. No la uso mucho, solo cuando me coge la mañana en la casa, con tiempo de escribir y rumiar.
Voy para una feria en estos días, llevaré mis libros, mi revista, mis camisetas. Me emociona muchísimo. También he estado pensando -porque aún no me alcanza para una tienda- que podría copiar el carrito que tiene Luncheon en el DSM de Londres -que por cierto es el mejor DSM- y proponerle a algún lugar de Medellín que me deje ponerlo ahí... ¿pero dónde?
Un sweater blanco de algodón, con una falda blanca de algodón no son suficientes para el frío del trópico, entre el frío que me entra hasta las huesos y el cafecito instantáneo que me hice, me tienen temblando como a las flores rosada mi tecleo en la mesa. ¿Es sentirlo lo mejor que uno puede hacer para honrar el dolor? aveces evito sensaciones, emociones, imágenes e historias para evitarme el dolor, o tal vez por pena al dolor, o más bien por impotencia frente al dolor. Pero Anthony Burdain decía algo, que no recuerdo textualmente, lo decía como reacción al mundo y sus injusticias: Lo menos que puedo hacer es escuchar, prestar atención y sentir el dolor que debo de sentir frente a la situación. ¿por qué evitar el dolor si convive en la tierra con nosotros? Si hace parte de la experiencia. Emociones complementarias, caos perfecto. A mi me gusta mi paz con 2 cucharadas de dolor... pero no tan dramático como suena claramente, más cotidiano, más generalizado, puesto en perspectiva con la línea de la vida.
La ardilla no tiene ni dos colas, ni se le cayó, es una ardilla bebé y no tiene la tupidez necesaria en su cola para hacerse la manta que normalmente se hacen al tomar la siesta. Siento que más bien aceptó su carencia y escogió aún así seguir viviendo.
Nota editorial: En
Puñalada Trapera con cuentos seleccionados por Juan F. Hincapié hubo un cuento que me gusto mucho, escrito por Pilar Quintana se llama:
La rumba, Son, Palo Muerdo. Un cuentico chiquito que como he mencionado antes, no es un cuento, es un relato, aunque debería investigar qué hace un cuento un cuento... También estoy leyendo el prólogo de un libro de historias de Clarice Lispector, el prologo lo escribe un señor Benjamin Moser, se llama:
Glamour and Grammar, es de las cosas más impresionantes que he leído en mi vida. Y para terminar, impreso a la ilegal me descargue
The creative process de James Baldwin, no lo he empezado pero James Baldwin es de los, si no el mejor escritor Norte Americano. De James Baldwin también recomiendo la carta que le escribió a su sobrino:
A Letter To My Nephew. Te amo James Baldwin.
Envigado, Antioquia.
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