...simple e inocente, la amistad.
¿Cuándo se me olvido que uno podía tener amigos? ¿Cuándo se me olvido que el mal hace parte del mundo también?
Con gran pena y alivio me desayuno en esta vida, me siento como nueva, como si hubiera caminado sobre un camino superficial solo para caer a un camino más real, un camino hecho del mundo. Hace muchos años me relaciono con las personas olvidando que uno puede hacer amigos, amigas y que no hay ninguna razón por la cual haya que seducirlos. Las personas al parecer también saben esto, es decir las personas también se me acercan o me buscan con la intención de la amistad.
Cuando estaba pequeña en primero o segundo, recuerdo mis primeras amistades, niñas como yo, compartíamos nuestras vidas y poca experiencia y más allá de eso compartíamos un presente que aún no se había estirado demasiado a la posibilidad de un futuro. Yo crecí en colegios de monjas, así que mis amistades siempre fueron niñas desde pequeña hasta los 14 años, donde llegue a un colegio mixto y mi relación con los seres humanos cambio completamente. Para mi sorpresa no "podía" ir con mi cabello grasoso y cogido en una cola y seguir con mi vida, debía plancharme el cabello y ser culona. Ese día no solo aprendí esto si no también que no era -en ese momento- culona. Recuerdo la primera mentira que dije para tener amigos, dije que jugaba Halo todos los días, y si bien si había jugado Halo y si me gustaban los video juegos, sobre vendí mis experiencias para crear una proyección amplificada de mi.
Luego, recuerdo que volví a mentir, me volví estúpida y sexy, hablaba como Paris Hilton y no me interesaba nada que no fueran los niños con los que compartía mi nuevo espacio. Y así empece a cultivar algo que no sabía que se había convertido en algo hasta el día de hoy. En algún momento de mi adolescencia olvide que se podían tener amistades genuinas; no amantes, no fanáticos, no "congregados" si no, simplemente amigos.
Creo que no he tenido una amiga o un amigo solo por el hecho de tener un amigo o una amiga desde los 10 años. Siempre han sido antes que mis amigxs, intereses románticos o platónicos. Razón por la cual no tengo muchas amistades porque pocos vínculos sobreviven a un baile romántico innecesario. Pero ¿cómo iba yo a recordar que se pueden tener amigos y ya? Este pequeño olvido me ha causado muchos problemas, infidelidades por ejemplo, recuerdo en mi relación pasada que era infiel solo porque no sabia que podía ser amiga de los amigos de mi ex. Pensaba que solamente podíamos ser amantes. Hoy en día no soy amiga de ninguna de estas personas, no por la infidelidad, si no porque por mi impulso a llevar todo a ese extremo se daño lo más simple e inocente, la amistad.
Ahora, debido a esto, pensé que debía de ser yo y si era yo pero no de esa manera. Pensé que era mi personalidad de "mala mujer" me llamaron muchas veces una mala mujer. Y me lo creí, al principio me sentía orgullosa ya que mi adolescencia e inmadurez lo asociaba con el arquetipo de la Femme Fatale. Pero mediante fui creciendo me empezó a dar pena, por el simple hecho de que ya no me quería relacionar de esa manera. Y empece a -como lo dice Robert Bly- meter todo eso en "El Gran Saco Que Todos Arrastramos". Y empece a invertir mi cuerpo y mi mente en mi Luz. Quede tan trastornada por mi propia opinión y la opinión ajena de mi sombra que empece a vivir solo desde la "luz". Siempre amable, siempre dispuesta, profundamente asustada de lastimar o perturbar al otro. Asustada del sexo, las drogas, el alcohol y cualquier tipo de placer.
Hasta que -después de 2 millones de pesos de terapia- me di cuenta de que pase 2 años siendo un pedacito de persona. Casi todo mi ser estaba escondido en el saco, en el lado de la luna que no se ve. Ahora veo claramente, o bueno no claramente pero empiezo a vislumbrar todas las piezas que me he ido quitando, para complacer a otros pero más aún para complacerme a mi complaciendo a los otros. Como aquel que dice que su placer en la cama es el placer del otro. Aveces cuando medito me imagino a Vennom, "el villano" y siento envidia de que esa persona -que en la película es el bebé Tom Hardy- puede ver su lado grotesco fisicamente. La mía vive en mi mente y solo la puedo ver a través de visiones.
No me puedo culpar aunque soy responsable y tampoco puedo culpar a los demás, yo escogí reaccionar a sus palabras y acciones moldeándome para ser placentera. A la vista, al gusto, al intelecto.
Comentarios
Publicar un comentario