POR MIEDO AL FRACASO INMINENTE
Ahora. Aquí sentada, escuchando a los Chili peppers pienso en las temáticas y desiciones creativas que he tomado con respecto a cada uno -los escritos-. La primera: Carros; para una pequeña publicación en Bushwick que imprime en papel reciclado rosado y casi que regala en librerías cada issue -Lo digo despectivamente porque yo hago los mismo, y uno odia lo que le recuerda la debilidad propia-. Yo no se mucho de carros, aunque recuerdo que cuando estaba entrando a la pubertad me vi rápidos y furiosos y decidí que tenia que ser Leticia entonces empece a aprender de carros y a listarlos, hasta que me volví muy buena en ello. Para satisfacción propia tanto como para encontrar de qué hablar con mi papá que ni me volteaba a ver en esa época- como un ser inteligente me refiero- Luego el tiempo y el arte fue curtiendo esa parte de mi memoria. En fin, decidí escribir una entrevista ficticia acerca del tema. ¿A quién entrevistare ficticiamente? Pues aún no se. Puede ser a Fernando DeMonte, o a Clarice Lispector, o al ya antes mencionado Reinaldo. Gente a la que estoy segura no le importaban los carros pero de seguro como todos en la modernidad tuvieron momentos importantes y pasado tiempo en un vehículo, así que opiniones tendrán.
La otra publicación es una newsletter, creo que solo tienen pagina web, ósea que no son una publicación impresa. Pero un sitio anarquista -si es que el anarquismo sigue vivo- nioyorkino publico su website y me gusto. Es extraño, y si por qué no utilizar la palabra subversivo en este clima socio/politico... Para esto planeo escribir un cuento erótico, à la Anaïs Nin, pero con un poco de Virginia Woolf. Referentes básicos y populares pero efectivos y como buena herramienta funciona porque funciona y por eso es cliché.
Pues no he escrito ninguno de estos dos y tengo la sutil duda de que tal vez no lo haga, o si lo hago será por encima y a la carrera POR MIEDO AL FRACASO INMINENTE. Pero ¿A quién le importa? se preguntaran como me lo pregunto yo, pues realmente a nadie, solo a mi. Pero a lo mejor no me importa tanto porque si me importara lo escribiría y me callaría.
Por lo demás -así se debería de llamar este blog o en fin- ayer fue el cumpleaños de mi jefe Martin. Un señor de 69 años recién cumplidos. Tuve la ardua tarea de ir a recoger la torta a una hora de distancia de mi casa y de la tienda, pero con buena disposición por agradecimiento y ante el prospecto de comer torta lo hice encantada.
Comentarios
Publicar un comentario