Muy bonito todo. Será que me puedo quedar? Después de salir con mis amigos, caminar por las calles de crown hights y ver las casas lindas y lujosas; luego de volver a mi casa en carro viendo todo lo que el tiempo se llevara cuando se convierta en recuerdo; me pregunto si sería mucho pedir quedarme. Nada me espera y nada me ata, nada me busca ni me secuestra pero tampoco soy una vela al viento, ni una vela ni una hoja. Soy yo y mis deseos lo que me lleva y me trae. Que rico sería quedarme en Nueva York en un verano eterno. Me pesa el hechizo que se rompe y me lleva de vuelta. De vuelta a dónde? al bosque tropical que me dio la leche que construyo mis huesos. Arrancarme de mi adoptiva Nueva York, como esta me arranco de mi país natal. El corazón partido en dos. Los caminos pares me miran y me llaman y me preguntan si tengo las guevas para caminarlos. Pues es que no se. No se si en realidad tengo la piel para caminarlos. Pero tampoco importa porque igualmente lo haré. Hoy me siento muerta de frio por el aire acondicionado que me ventila la piel desnuda antes de dormir, acompañada por Arthur Rimbaud y por la copa que mi amiga Echo se robo del bar Frog como regalo para mi. La copa es de vino entre chata y alargada, pero lo realmente importante es la rana estampada fumando con los ojos cerrados mientras sostiene un ron -supongo yo-. Veo a Patti y a Robert mirándome pegados en la pared con actitud del que ama, exige y apoya a la vez. Nogales materializados que son una mentira que mi Tonahl exhibe como trampa ingenua. Me gustaría poderme escapar al Chelsea, vivir bajo sus sabanas. Lo que un día fue. Más no lo que es hoy. Quisiera que el baño que conecta el Café con el Loby me conduciera a un tiempo diferente y sin embargo, que ingenua y estúpida soy por ignorar lo que es y añorar lo que ya paso. Pues tampoco importa, todo básicamente ya ha pasado, media caña, medio aquí y ahora, también un poco allá en el futuro corto. En un mes voy a estar en mi cuarto en Medellín y todo esto habrá sido un sueño, El viaje de Chihiro, Un día en el país de las maravillas. Pero también habrá sucedido, me lo habré guardado todo dentro de la piel, como a un tigre que le salen rayas nuevas.

¿A dónde se va el tiempo de la vida que me preste, que ya he vivido y no recuerdo? 

Brooklyn, New York.

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