explote como una licuadora
¿Qué es lo que nos hace susceptibles a tomar control de la vida? ¿Por qué mi generación se ve nublada a la hora de la adultez? Sentada en mi cuarto veo un reguero de códigos que si los recojo y los pongo en un sintetizador saldrá la esencia de mi niñez. Jugué tanto tiempo de mi juventud a ser un adulto que ahora que es mi turno -para ser adulto- mi niñez me esta tocando la puerta pidiéndome atención, pidiéndome que por fin salga a jugar y deje que mi rango completo de emociones explote como una licuadora fuera de control.En mi nochero tengo mi libro de Sofia Coppola abierto en una pagina de ella dirigiendo en un vestido, encima descansa un tarro de helado de banano vacío, mi pastillero lleno de aretas, una candela que no sirve y mi chapstick de fresa. En el cajón hay tijeras, pinzas, moxa, pepper spray, crema para los hongos y mi sobre de un gato japonés que contiene cartas de mis seres queridos... mis sabanas son rosado pastel y mi cubre cama es blanco hueso, esta llena de mi cabello que se sigue cayendo, mudando pelaje como los animales...Mis libros están en el piso recostados a un espejo del que cuelga mi pendiente de Vivienne Westwood... En mi puerta está mi ropa interior colgada, una cruz de los milagros pegada, y una bolsa vacía de Strand bookstore...Tengo en la pared un poster de Patti y Robert con una pluma de lechuza pegada con cinta... Arthur Rimabud, mi peace lily descansa en la ventana junto a una foto de mi cumpleaños número 3 acompañada de mi papá y mi hermano, aveces la planta tapa solo a mi papá y logro verme solo a mi y a mi hermano, y por un momento todo está bien, por un segundo nadie ha muerto; Junto a Arthur están mis cigarrillos Camel que albergan un solitario cigarrillo de la suerte que tendrá que esperar a que mis amígdalas dejen de estar infectadas.
El verano está entrando lentamente a la ciudad, lo que significa que no me debo de poner tanta ropa y al mismo tiempo que los hombres, sin importar el país son unos cerdos a la hora de ver a una mujer caminar. Los tulipanes están frescos y delicados al rededor de los arboles que adornan los barrios más ricos y la orina y las ratas adornan barrios no tan ricos como el mío, es todo una sinfonia que se escribe en el mismo papel, en la misma ciudad. Pero volviendo al inicio, ¿por qué no nos sentimos capaces? ¿tiene algo que ver con nuestros padres? o tal vez tiene que ver con que no queremos participar en el mundo que esta sucediendo, en las dinámicas, en el sistema, somos gallinas que llevan al matadero de la “adultez”, a degollar los sueños de un mundo mejor... colgados de cabeza, desangrados en manos del miedo...
A medida que voy mordiendo, masticando y tragando mi pan con aceite de oliva me pregunto si llegará el día en el que mire en retrospectiva y me haga reír leer lo que escribo o si por lo contrario me daré la razón. Me gustaría que fuera la primera, no quiero tener la razón.
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