Soy a penas polen esperando ser fecundado para convertirme en semilla
Por estos días me encuentro rodeada de arte que parece no caberme en las manos mucho menos en la cabeza. Me encuentro diciéndome que no puedo imaginarme alguna vez creando palabras o imágenes tan maravillosas como las que admiro con tanto respeto. Y al pensar en que a lo mejor soy una semilla una vez más me siento corta y pienso que soy a penas polen esperando ser fecundado para convertirme en semilla.
No es un pensamiento de sentencia critica, realmente en un pensamiento de profunda esperanza en mi misma. Quiero ser una flor pero al mismo tiempo tengo tanto orgullo en ser a penas lo que soy. Me parece un acto de infinita nobleza estar en el punto del proceso en el que estoy. Me hace sentir demasiado viva.
También extraño. Estos días extraño mi relación pasada, todo el amor que había, extraño también memorias que he olvidado de mi infancia y a la vez mi infancia en sí, que paso tan desapercibida como un suspiro.
Hablando con mis amigas y compartiendo anécdotas de la niñez me sorprendía conocerlas a través de sus cuentos, su valentía e irreverencia frente al mundo, su imaginación infinita, la energía inmensurable que borboteaba en su alma y que hasta hoy seguía viva a través de sus palabras. Pero al compararme solo podía pensar en que siempre fui una niña del silencio, trate muchas veces pasarme al otro lado pero nunca se sintió mio así que siempre volvía a ser hija de la contemplación y el silencio. Mis mejores momentos o los pocos que recuerdo siempre eran en soledad. Sentí envidia por las memorias de mis amigas y de alguna manera me las guarde para sacarlas y revivirlas como películas cada que puedo.
Pero cada día el presente crece más al rededor del pasado y lo que fue ayer se vuelve más y más pequeño con respecto a mi futuro. Quiero ser mejor cada día, muero de deseo ferviente por explotar como un volcan o una semilla que de tanta energía estalla y muere entrando a la vida.
Comentarios
Publicar un comentario