London chills
En dos noches y 3 días me voy a vivir a Londres, he tenido hermosos augurios, sin embargo, un sentimiento inunda a las personas que dejo aquí, el que no volveré. Algunxs simplemente piensan que encontrare una vida allá, otrxs me miran casi como si fuera a ir a cumplir mi cita con la muerte.
Estos sentimientos junto al duelo de dejar mi cuarto y no poderlo empacar en mi maleta junto con mis perras, me tiene llena de escalofrío, una falsa amigdalitis y dolor en los dedos. Cada que me da un golpe de realidad, el hecho de que no podré coger un Uber o mi carro y conducir hasta mi casa, hasta mi cuarto, se me para la respiración. Y después de un segundo vuelvo y me entrego a la presencia absoluta. No hay ningún bien, ni mal pero tampoco ningún propósito para mi, en el vivir en el futuro al igual que cuando este en mi nuevo cuarto, no tendrá ninguna razón vivir en mi pasado.
Así que hoy, a las 9:10 am, mientras mi papá escucha rezar al papa y mi mamá cocina el desayuno, me siento a reflexionar. Y a sentir el miedo que me da irme del ala de mis padres y del castillo material que he construido para protegerme y entretenerme, lo hago no por entregarme a la melancolia una vez más, lo hago, porque no quiero que me de otra amigdalitis. Lo hago para que mi cuerpo se de cuenta de que no es necesario enfermar para hacerme llorar. Porque ahí va otro tema, hubo una epoca de mi vida tan llena de lagrimas que ahora no se me da bien llorar y se me hace facil espantar las ganas. Pero ya esto no me interesa, las lagrimas me gustan, me saben bien y una vez he llorado siempre me siento renovada y con unos ojos verde escarlata que te mueres de belleza. Ayer llore bajo el sol, entre a mi casa y mi papá se estaba viendo el video live de stairway to heaven por Led Zeppelin, cogí mi navaja, una pera y me sente a sus pies en mi tapete persa falso y llore viendo a Robert Plant cantar mientras comía.
Elizabeth Bishop habla del Arte de perder
"He perdido dos ciudades, las dos preciosas. Y, más vastos, poseí algunos reinos, dos ríos, un continente. Los echo de menos, pero no fue ningún desastre".
Pero también habla de cultivar lagrimas y ¿por qué no? he cultivado sueños y miedos y amores, quiero cultivar lagrimas de asombro, de felicidad, de amor.
Habiendo dicho esto la próxima que escriba será un blog londinense.
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